sábado, 9 de marzo de 2013

La Hija de la Esperanza


La desconfianza es la madre de la seguridad, dijo hace siglos Aristófanes, y al parecer Chanel estaba en un todo de acuerdo con este griego notable.

Chanel Encontrada


Cuando Graciela, Silvana y Ana llegaron al lugar que los vecinos indicaron, apenas se asomaba una carita pequeña con mirada de bebé. Su madre protectora dejaba en claro que su hocico era el límite. La matrona había encontrado el lugar ideal para parir, y de aquí, parecía decir,no se mueve nadie.

Si has sido madre sabés de qué se trata. Apenas somos especies diferentes, los perros y nosotros, pero de maternidad, solo nos diferencia nuestra inferioridad: las perras jamás abandonan a sus hijos. Sabés como madre de ley que apenas tu cachorro se posa en tu regazo, ya no hay vuelta atrás. Lo vas a proteger con uñas y dientes, vas a dar la vida por él, y nadie lo va a lastimar, jamás.

Aún así, aún con esa desconfianza que seguramente la mantuvo viva, Chanel permitió que rescataran a sus cachorros. Sin un gruñido, sin un atisbo de agresión. Chanel es buena, como buenos son la mayoría de los perros callejeros que mueven la cola conque solo le prestes atención por unos segundos.

Los Cachorritos
Los cachorritos fueron rescatados y Chanel quedó en su barrio alimentado por los vecinos que además dijeron se harían cargo de castrarla para evitar así este flagelo de perras preñadas a la buena de Dios. Fué difícil separarlos, pero estas tres protectoras sabían de sus malditos límites que les impedían darle acogida a Chanel: no había hogar de tránsito para ella.

Poco estuvo Chanel sin sus bebés, Graciela regresó por ella y la única solución que pudo encontrar fué ubicar a toda esta bonita familia, en una guardería paga. A su cargo, por supuesto, en la esperanza de encontrar colaboraciones para ir cubriendo dichos gastos.

En un día feriado, las chicas fueron de visita a la guardería. Los cachorros retozaban felices en el pasto y movían sus colitas sin parar ante la presencia de tanto cariño. Chanel observaba desde su canil, quieta, temerosa, desconfiada. En qué momento llegará el golpe o el grito, cuándo me irán a lastimar, ¿ Y si me relajo y me dañan otra vez? Serena pero distante Chanel controlaba el movimiento de sus hijos.

Chanel y Juanita
Fué en una nueva visita que, entrentenidas con los perritos, casi no notaron como lentamente Chanel se acercaba a ellas. Pasos medidos e imperceptibles, pasos cautelosos pero con ilusión, pasos agradecidos. Al llegar a ellas simplemente se dejó acariciar y pronto, muy pronto, empezó a lamer sus manos.

La desconfianza es la madre de la seguridad...pero la confianza es hija de la esperanza.

Y cuando una perra así confía...algo te dice que por un momento...te has ganado el cielo. Algo te dice que mas allá de las críticas vacías de ayuda, de las indicaciones sin compromiso, de la soledad casi absoluta de solidaridad...todo ha valido la pena. Cuando Chanel les besó las manos, las chicas tuvieron en realidad todo lo que deseaban: su confianza.

Protegidos, desparasitados, cuidados y alimentados, Chanel y los suyos fueron poniéndose cada día mas bellos y tres de los cuatro cachorritos fueron dados en adopción. Quedaron Chanel y Juanita. Chanel recientemente castrada, y no a cargo de aquéllos vecinos, por supuesto. A cargo de Graciela.

Juanita
Aún sin adoptar, continúan en una guardería que consume los recursos de Graciela, día a día. La madre ya castrada y la hija con promesa de castración. Juanita es una cachorrona hermosa pero ya no es un bebé y su adopción cuesta mas. Ni me digas de su mamá que es una perra adulta.

Adoptar un perro adulto, te da ventajas que seguramente desconocés. Pasada la etapa terrible de la hiperactividad característica de los cachorros, los adultos son calmos, dulces, tiernos. Tienen una gran capacidad de adaptación y de aprendizaje. Y como saben que eso que les estás dando es un hogar...van a serte fiel para siempre. Van a esperar a que llegues llenos de ilusión y alegría, se van  a echar a tu lado, exactamente donde vos quieras, para ayudarte a relajar mientras los acariciás.

Van a comprenderte todo y en todo te van a obedecer. Cuando adoptás un perro adulto, en poco tiempo sentís que lo has tenido toda la vida. Y él siente que así estará a tu lado. Toda su vida. La conexión que se produce entre el adoptante y su perro adulto es inmediata y extraordinaria. El adoptante sabe que su decisión ha salvado esa vida y el adoptado también, por eso tiene esperanzas y confía.

Pero por sobre todas las cosas, te va a cuidar. Por eso de que la desconfianza es la madre de la seguridad.... se va a convertir en guardiana celosa de tu bienestar...Casi casi como si ambos vivieran bajo un puente, y vos fueras su cachorro.



Para adoptar o colaborar: Graciela 156132389   http://www.facebook.com/graciela.gonzalez.549



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